La Otoplastia, una de las cirugías más frecuentes en niños

Tabla de contenidos

Debido a muchas causas, la otoplastia se ha convertido en una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en niños y adolescentes.

A pesar de ser riesgosa, como ocurre con cualquier otra operación, es de las más comunes, pudiendo realizarse en niños pequeños, ya que el crecimiento de las orejas se detiene entre los 4 y 5 años de edad.
En la mayoría de los casos que se realiza, la también llamada cirugía a las orejas, se hace por un tema estético, al evitarse que se vean más pronunciadas hacia el exterior de la cabeza y mostrando un tamaño superior al normal.

Para muchos pacientes, suele ser necesaria debido a lo abultado que pueden ser las orejas, o cuando tienen una forma fuera de lo común, corrigiéndose con la intervención.

Al ser una de las operaciones en pacientes menores de 15 años, lo más recomendado es que tanto los padres como el niño estén en total acuerdo para evitar inconvenientes previos a la intervención.

En caso sean los padres los primeros en darse cuenta de la forma o el tamaño de las orejas y deseen realizarse una intervención, la sociedad española de cirugía plástica reparadora y estética recomienda tener una conversación con el niño  para explicarle el porqué y en qué consiste la otoplastia, a la vez que se le indiquen los resultados que tendrá posterior a la intervención.

La decisión tomada no solo debe ser por parte de los progenitores, ya que es el paciente quien desde un inicio debe conocer y formar parte directa de todo el procedimiento, tenga la edad que tenga.

En caso el posible paciente no tenga problemas o se sienta bien con el tamaño y forma de sus orejas, lo mejor será no obligarlo a la cirugía, ya que su autoestima puede deteriorarse y ponerse a opinión de los demás.  Otro punto importante son los riesgos que implica la cirugía, así como ocurre con cualquier intervención.

Pero si el niño es víctima de bullying, perjudicando su autoconcepto y autoestima, entonces será necesario realizarle un cambio para evitar un posible daño psicológico.